Los asuntos públicos y la comunicación se basan en tender puentes y canales que garanticen la confianza con los públicos. Este es un objetivo de gran importancia para cualquier empresa o institución. Precisamente en ello intentamos ayudar cada día desde Comunicanza, Comunicación y Asuntos Públicos en Zaragoza.
La comunicación y los asuntos públicos son fundamentales siempre. Pero actualmente, éstos se tornan imprescindibles en la actual sociedad compleja, global e intercomunicada en la que vivimos. Además, hoy en día todo afecta -o puede afectar- a todos. De estos aspectos hemos reflexionado en ExtraDigital, desde la sección “La despensa”. Desde allí hemos tratado temas sobre comunicación institucional, reputación corporativa y asuntos públicos. Todo ello, por supuesto, a través de nuestra perspectiva profesional desde Zaragoza y Aragón.
También ha sido muy grato participar en la apertura del ciclo de conferencia “De la academia a la profesión”. Este ciclo está organizado por la Facultad de Comunicación de la Universidad San Jorge de Zaragoza y su Máster de Marketing y Comunicación Corporativa. La primera charla corrió a cargo de Verónica Crespo, delegada en Aragón de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), y de Eduardo Sánchez Salcedo, CEO de Comunicanza, Comunicación y Asuntos Públicos.
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Los asuntos públicos permiten planificar y ejecutar estrategias concretas y específicas con todos y cada uno de los grupos de interés de la entidad. De algún modo, pueden ser entendidos como una extensión de la comunicación -externa e interna- hacia las relaciones institucionales y áreas con aspectos bien variados, como la gestión de la marca, el marketing o la responsabilidad social corporativa. Esta es una visión interesante de la comunicación como fenómeno gaseoso, expansivo, que lo acaba ocupando todo, en beneficio de la confianza y la transparencia entre la entidad y todos sus públicos de interés.
Cuando esta defensa del interés de un grupo emprende un trabajo proactivo, se constituye en grupo de presión. Estos grupos de presión, bien por medios propios o por terceros, realizan un encargo profesional de lobby mediante consultoras especializadas. Bufetes de abogados, despachos jurídico-económicos y consultoras de comunicación, relaciones institucionales y asuntos públicos conviven en este mundo del lobby. Un mundo tan desconocido como cotidiano.
Un lobista no es un comisionista ni un conseguidor. Este profesional ha de ser un experto en la gestión de la reputación y en el posicionamiento estratégico. En este sentido, ha de tener la capacidad de acceso e influencia permanentes. Además, para posicionar los intereses de un cliente se libra, ante todo, la batalla de los “frames” (los encuadres del problema).
En cualquier noticia que veamos hay detrás una pugna de frames, de enfoques. Quien consigue liderar el enfoque tendrá un buen tramo del camino recorrido a su favor. Pero esto no es suficiente. Además, ha de hacer una adecuada gestión de las expectativas, que es algo fundamental en todos los ámbitos, pero decisivo en comunicación institucional y política. ¿Qué de positivo es esperable de nuestro enfoque, de nuestra propuesta? ¿Qué, cuánto, quiénes y cuándo se beneficiarán?
Los asuntos públicos, para ser eficaces y duraderos, han de saber armarse de argumentos de interés general que se eleven sobre el legítimo interés particular del cliente y convenzan sobre los beneficios para la colectividad. Estos beneficios sociales pueden ser: oportunidades sociales, ambientales, tributarias, sobre la salud, sobre la seguridad y la convivencia, etc. Solo así, se garantiza convertir al grupo de interés en un referente de cabecera, confiable y seguro, para que las instituciones y grupos políticos valoren tu visión, tu enfoque de la realidad, y se obtengan resultados adecuados y duraderos.
Publicado por Eduardo Sánchez Salcedo, CEO Comunicanza
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