¿Qué son y cómo combatir las fake news?

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo popular un término que ahora escuchamos con frecuencia: las fake news (o desinformación). Sin embargo, hoy en día podemos encontrar fake news que repercuten a distintos ámbitos, no solo en la política, sino que también pueden tener un gran efecto negativo en la reputación e imagen de nuestra organización. Como empresa, debemos estar preparados para prevenir este tipo de noticias y, en caso de producirse, combatirlas eficazmente. Hoy vamos explicar qué son y cómo combatir las fake news.

¿Qué son las fake news?

Las fake news son un tipo de bulo en forma de contenido pseudo periodístico que se difunde a través de portales de noticias, diarios y otros medios de comunicación como la radio o la televisión, pero que encuentra su máxima expresión a través de las redes sociales. ¿Su objetivo principal? Lograr la desinformación de sus receptores. 

Entendidas así, las fake news suponen un gran riesgo para la ciudadanía general, como pudo comprobarse con el coronavirus. En este caso, las fake news suponían un grave riesgo al ser un tema de gran relevancia, que afectaba a la plenitud de la sociedad y que inquietaba a la ciudadanía. 

Las fake news son un grave problema para quien las sufre, ya que llevan a que algunas personas no distingan entre qué información es cierta y cuál forma parte de un simple bulo. Además, debido al “sesgo de confirmación”, los efectos de las fake news se pueden ver incrementados.

¿Qué es el “sesgo de confirmación” y cómo nos afecta?

Haciendo un breve resumen, el “sesgo de confirmación” hace referencia a un fallo de tipo cognitivo que nos lleva a favorecer, buscar, interpretar y recordar aquella información que confirma nuestras propias creencias. Por el contrario, este sesgo nos hace prestar menos atención y otorgar menos credibilidad a aquella información que confronta nuestras convicciones. 

En la actualidad, con la pluralidad de medios a través de los que informarnos, este sesgo también se puede ver incrementado por decisión propia. Por ejemplo, al consumir aquellos medios que analizan la actualidad de manera sesgada y ayudan a reforzar la opinión que teníamos formada previamente. 

Cuando la información que recibimos es de corte emocional, este efecto tiene aún más repercusión, pues afecta a nuestras creencias más enraizadas. Por eso podemos hablar de que el “sesgo de confirmación” favorece las fake news. Si a través de un medio leemos una información de carácter emocional que va acorde a nuestra ideología, tenderemos a creerla mucho más a pesar de que pueda estar manipulada. De hecho, ni siquiera nos plantearemos si está manipulada o no, sino que le otorgaremos total credibilidad. 

El gran peligro de este sesgo, así como de toda fake new en general, es que se difunden rápidamente al ser un contenido de impacto, emocional y generado para persuadir a sus receptores. Una mentira repetida 1.000 veces puede parecer una verdad y, si esto ocurre, es muy difícil para una organización lograr que la ciudadanía sepa que están ante una información falsa y reponer la imagen dañada de la empresa. Por eso, debemos tomar consciencia de cómo podemos combatir las fake news en caso de que esta situación se produzca.

¿Cómo puedo combatir las fake news?

En primer lugar, debemos responder directamente ante las noticias, siempre y cuando tengan entidad y relevancia suficientes. El responsable de comunicación de la organización que sufra esto, debe responder directamente a la noticia que se ha generado. Pero debe hacerlo con una mente fría, calculadora, sin dejarse llevar por la emoción del momento. Es mucho mejor tomar una actitud amable, que aclare la situación con eficacia, que enredarse en peleas o discusiones sin sentido que agraven la repercusión de la noticia. Después, debemos aclarar la verdad directamente a la fuente y hacer esa respuesta pública. Cuanta más gente conozca la verdad, mayor fuerza ganaremos.

El segundo paso, es encontrar a los públicos principales sobre los que debemos actuar. Estos públicos serán personas que hayan reaccionado ante la noticia y que sean importantes para nosotros como empresa: clientes, líderes de opinión… A estas personas son a las que deberemos prestar una mayor atención. Tenemos que conocer cómo les ha afectado la fake new para poder reparar los daños que haya causado en nuestra relación con ellas. 

Finalmente, llega el momento de emprender acciones de comunicación firmes. En algunos casos será necesario llevar a cabo toda una campaña para reforzar nuestra imagen de marca. Incluso podremos sacar provecho de la fake new en el caso de que se pueda demostrar claramente y de forma simple que era mentira.

Pero para saber realmente cómo debemos actuar y no realizar acciones que sean contraproducentes, debemos ceñirnos a nuestro plan de comunicación. Analizaremos la situación, evaluaremos sus riesgos y su resonancia, y emprenderemos la acción que sea necesaria para repararla y salir reforzados. Lo que en ninguno de los casos podemos hacer es utilizar el silencio. Si no hablas, otros lo harán por ti. Únete a la conversación, no dejes que solo sean otras personas las que hablen de tu marca y puedan difundir noticias falsas. Quien sabe la verdad debe luchar por demostrarla.