LOS ASUNTOS PÚBLICOS Y LA GOBERNANZA: COMUNICAR… NO SOLO PARA LOS PROPIOS

De manera creciente y preocupante, asistimos a diálogos que no son tales, ya que no se tiene la más mínima intención de escuchar al otro: comunicamos, decidimos o gobernamos solo en una dirección, para que se nos escuche, para que se nos note y vea. Comunicar para los propios, los asuntos públicos y la gobernanza solo para hablar de mi libro, sin tener en cuenta a los extraños.

La comunicación (sea corporativa, institucional, política…), los asuntos públicos y la gobernanza deben colaborar de forma activa en este cambio progresivo de sensibilidad. Ya no se trata solo -que también- de integrar en los hábitos una escucha activa, sino de contribuir a que en esta sociedad tan compleja y plural podamos crecer, participar, compartir.

Desde Comunicanza, Comunicación y Asuntos Públicos en Zaragoza, queremos mejorar cada día en esta dirección. Somos consciente de que todos debemos ser capaces de levantar la vista y otear el horizonte. Salir de los respectivos ensimismamientos para ver qué oportunidades hay más allá de nuestras gafas de ver de cerca.

La globalización, que ahora parece un tanto truncada de forma abrupta por enrocamientos proteccionistas, debería aportar aspectos positivos de solidaridad, tolerancia, movilidad, respeto, libertades, conocimiento, progreso, información, mestizajes culturales, intercambio de bienes y servicios… Estamos tecnológicamente interconectados: ahora el reto es estarlo también para mejorar la capacidad de aceptación del otro, del distinto, del extraño.

La comunicación de trinchera es demasiado frecuente de muchos ámbitos: institucionales, políticos, territoriales, sectoriales, empresariales… cada uno a lo suyo, a ver quién hace más ruido. Corriendo deprisa, no importa dónde.

Pero los asuntos públicos y la gobernanza deben estar antagónicamente posicionados si quieren ser eficaces: han de ser capaces de sumar, tejer, convencer desde la sinceridad, sabiendo ceder para ganar.

Los asuntos públicos, tal como los concebimos en Comunicanza, han de ser un ejercicio profesional, cuya misión es defender los intereses de una parte (de un grupo de interés) mediante la gestión de la reputación, tendiendo puentes con el resto de actores, para un posicionamiento estratégico, que permita capacidad de acceso a los decisores públicos e influencia socioeconómica, que se traduzca en beneficios y ventajas para el cliente.

La comunicación corporativa, institucional o política, y los asuntos públicos y la gobernanza que deben acompañar, son una comunicación y una gestión de parte, por supuesto. Se defienden unos intereses particulares, pero que no tienen por qué estar en colisión con el llamado interés general, sino colaborar en él, pues a fin de cuentas el interés general no es más que la suma de intereses particulares concretos. Unos intereses que han de ser legales, sin ninguna duda, y legítimos desde el enfoque que se dibuje y se traslade al resto de grupos de interés y a la sociedad en general.

Pero debemos ser consciente de que somos como los abogados, de parte: no somos jueces. Profesionales que debemos trabajar con honestidad para la credibilidad. Comunicación y asuntos públicos para la confianza.

Publicado por Eduardo Sánchez Salcedo, CEO Comunicanza