La sostenibilidad como oportunidad estratégica

La concienciación de las organizaciones en la lucha contra el cambio climático es cada vez más visible. La sostenibilidad como oportunidad estratégica se hace cada vez más evidente en todos los campos y, por supuesto, eso incluye también a los gobiernos.

Hace tan solo una semana pudimos observar la cumbre del clima convocada por Biden. En ella, el presidente de los Estados Unidos certificaba el regreso de su país a esta lucha, presentando su objetivo de conseguir recortar las emisiones para el año 2030 entre un 50% y 52% con respecto a los niveles de 2005. 

En España, Pedro Sánchez señalaba que para 2022 habrá cerrado el 85% de la generación eléctrica de carbón de España, así como la defensa del diálogo con sindicatos y empresas para la transición ecológica. 

Las últimas novedades con respecto a esta problemática las conocimos ayer, cuando Teresa Ribera, vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, advirtió de que España ha de ser una economía descarbonizada a más tardar en 2050, siendo el Gobierno el responsable de ofrecer la vía para lograrlo y apostando por tecnologías verdes

Viendo que los políticos aprovechan la regulación de proyectos sostenibles para demostrar su concienciación en la lucha climática, debemos preguntarnos cómo podemos aplicar la sostenibilidad como oportunidad estratégica en nuestras organizaciones. 

Es decir, la lucha contra el cambio climático y el viraje hacia modelos sostenibles ya no es solo importante por las razones obvias (no tenemos otro planeta y es un problema real y urgente frenar esta situación), sino que también se hace vital comunicar, tanto interna como externamente, nuestros proyectos sostenibles. 

Quedan diez años para 2030 y cumplir los ODS propuestos en la Agenda ya no es solo un deber, sino también una oportunidad estratégica. Los líderes empresariales deben decidir qué proyectos quieren emprender en este sentido y cómo quieren comunicarlos, así como la manera en la que quieren comunicar los proyectos sostenibles con los que ya cuentan.

Comunicativamente hablando, no sirve de mucho tener conciencia ecológica si no lo hacemos llegar a nuestros potenciales clientes.

Sin embargo, cabe recalcar que, cuando se toma esta línea dentro de una organización, no solo tiene que verse reflejado en la memoria anual. La conciencia ecológica tiene que acompañar cada decisión que tomemos y debe exponerse por los distintos canales de comunicación con los que contemos, tanto a nivel externo como interno: redes sociales, blogs, revistas internas, street marketing, spots…

Solo así conseguiremos posicionarnos como una organización sostenible, proactiva y que se preocupa por los problemas medioambientales, aportando soluciones reales y eficaces en su ámbito. 

Pero para que no quede forzado, se debe realizar un buen estudio de la estrategia comunicativa seguida durante el último periodo. Así, podremos detectar el hueco perfecto para integrar esa conciencia sostenible personalizada y aumentar el número de oportunidades y ventajas competitivas de nuestra organización.

En suma, debemos entender la sostenibilidad como oportunidad estratégica. No solo es importante querer aportar soluciones para frenar el cambio climático, sino que es necesario. Y no solo es necesario hacer que nuestra organización de un gran giro hacia la sostenibilidad, sino que es vital contar con una estrategia comunicativa que posicione ese viraje en la mente de nuestros stakeholders