EL CICLO DE LA TRANSPARENCIA

En el año 2009, Transparencia Internacional definió la Transparencia como: “La cualidad de un gobierno, empresa, organización o persona de ser abierta en la divulgación de información, normas, planes, procesos y acciones. Como regla general, los funcionarios públicos, empleados públicos, gerentes y directores de empresas y organizaciones, y las juntas directivas tienen la obligación de actuar de manera visible, predecible y comprensible en la promoción de la participación y la rendición de cuentas”.

Como suele pasar en los procesos políticos, la transparencia se basa en un feedback, en un ciclo de dar y recibir entre la ciudadanía y las instituciones (sean públicas o privadas). Tradicionalmente, las huelgas, manifestaciones y movilizaciones populares han sido la forma en la que la ciudadanía hacía sus peticiones, pero hoy en día, los medios digitales han abierto un nuevo mundo a la participación ciudadana, y a un término aún más importante: la accountability.

Es curioso que en los países anglosajones exista una única palabra que englobe el concepto y no en lengua hispana, que la traduce como rendición de cuentas. De nuevo, es un término que nos conduce a ese ciclo: las instituciones rinden cuentas, peticionadas, recibidas y procesadas para la ciudadanía en su toma de decisiones. Pero, ¿realmente se está cumpliendo este ciclo?

La introducción de las leyes de transparencia en nuestro país han supuesto un gran avance a nivel legal en esta materia, sin embargo, los hechos distan mucho de esto. ¿Cuáles son los principales problemas?

1) La falta de accesibilidad, claridad e incluso información en las herramientas que ponen a disposición las propias instituciones (recordemos: de manera visible, predecible y comprensible)

2) La falta de conocimiento por parte de los ciudadanos de dichas herramientas, que en muchas ocasiones no son promocionadas y comunicadas de forma adecuada (de nuevo, recordemos: promoción de la participación).
Podríamos citar el desinterés de la ciudadanía en muchos casos, pero eso es harina de otro costal, en cualquier caso, y, como suele pasar, la realidad actual no se ajusta a la definición de Transparencia, las instituciones aún tienen mucho trabajo, porque desde luego, el ciclo aún no está cerrado.

Colaboración: Cinta Vergés