Cómo comunicar la emergencia climática

Según un estudio de la oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, los desastres climáticos han aumentado un 80% en este siglo. También ha crecido la preocupación ciudadana por el cambio climático. Así lo expone el Observatorio de Opinión Pública y Cambio Climático que realiza Ipsos en 30 países de los cinco continentes. El Observatorio concluye que, hoy por hoy, el medio ambiente es la cuarta preocupación para la ciudadanía a nivel mundial. Con este panorama, se debe poner el foco en cómo comunicar la emergencia climática, tanto desde los medios de comunicación como desde las marcas. 

Nos hemos acostumbrado a despertarnos con noticias sobre el aumento de las temperaturas, olas de frío y de calor, incendios, borrascas y desastres ambientales. Esta costumbre deriva en dos respuestas. Por un lado, el aumento de la preocupación ciudadana. Por otro lado, una mayor inmunidad a este tipo de contenido. Es decir, cada vez más personas son conscientes de la gravedad de la emergencia climática que acontece. Sin embargo, el impacto que nos causan estas noticias baja en la misma medida en que aumenta el número de las mismas. Por eso, saber cómo comunicar la emergencia climática de manera adecuada es vital para asumir un compromiso con el momento que vive el planeta sin contribuir a esa infoxicación

Cómo comunicar la emergencia climática desde los medios de comunicación y desde las marcas

Comunicar la emergencia climática consiste, básicamente, en informar y educar a la ciudadanía sobre este asunto. La manera en la que comunicamos las noticias relacionadas con el cambio climático desde los medios de comunicación ayuda a generar la opinión que tiene la ciudadanía. Por eso, al igual que en con el resto de problemáticas, es muy importante entender de dónde venimos y en qué punto nos encontramos para poder tratar la información de la manera más adecuada.

Debemos tener en cuenta el movimiento negacionista que existe en torno al cambio climático. Este movimiento ha sido formado por grupos de interés como lobbies de la industria petrolífera y think tanks de corte conservadora que han creado falsos debates en torno a esta problemática. Naomi Oreskes y Erik M. Conway en su libro Mercaderes de la duda (Capitán Swing, 2018), establecen paralelismos entre estas tácticas de relaciones públicas y las empleadas por la industria del tabaco para ocultar el potencial carcinógeno de sus productos.

Frenar el cambio climático supone un cambio de hábitos para gran parte de la sociedad. Ese cambio de hábitos no siempre se percibe como algo positivo. Adoptar una rutina diferente y, en ocasiones, menos cómoda a la que acostumbramos, es un esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a realizar. A esto se suman mecanismos de disonancia cognitiva que nos llevan a no actuar conforme a las propias creencias. Es decir, aunque consideremos que la crisis climática es un gran problema, podemos aceptar no hacer nada para solucionarlo.

Actuar desde los medios de comunicación

Desde los medios de comunicación se debe velar por un periodismo riguroso y de calidad, manteniendo la emergencia climática en la agenda pública y mediática. Los medios han de luchar contra la desinformación y el negacionismo climático. Deben promover información veraz capad de desmentir los principales mitos en torno a esta problemática. 

El periodismo debe promover la calidad de la información sobre la emergencia climática e incidir en sus causas y soluciones. Pero esto se debe hacer desde la realidad del público. Es decir, con un vocabulario adecuado al del público receptor y que, en lugar de incentivar al pánico, incentive a la acción. En este tipo de temas, tan importante es que el receptor tenga la información adecuada y veraz, como promover sus ganas de dar un paso al frente y actuar. 

Actuar desde las marcas

En el caso de las marcas, incorporar la preocupación por el cambio climático en su relato de una manera creativa y diferente puede resultar muy positivo. Sin embargo, se debe tener especial cuidado con no caer en incoherenciasi una marca se muestra comprometida con la emergencia climática en su comunicación, también debe demostrar ese compromiso con sus actos. De lo contrario, se perderá cualquier efecto positivo y provocará la desconfianza de su público. 

Cada marca que quiera sumarse al movimiento contra el cambio climático deberá examinar primero sus posibilidades. No es lo mismo la capacidad de actuación que tendrá una marca con ingresos muy elevados, que una marca más pequeña, pero actuar contra uno de los principales retos de la ciudadanía siempre reportará beneficios positivos en la imagen de marca. 

Aunque en comunicación no existen fórmulas mágicas, se pueden sacar puntos en claro: para combatir la crisis climática se necesita una comunicación estratégica contra el movimiento negacionista, y mucha creatividad